No mires atrás

No quiero mirar atrás más. Quiero mirar adelante, ser optimista y pensar que me quedan cosas buenas por llegar. Viajes, gente que conocer, olores por descubrir que me gusten o no, paisajes inimaginables en éste momento y lugar, casas por ocupar, cosas por hacer o no, tanto por vivir que no quiero pensar en ello. Prefiero que sea una sorpresa. De éso se trata. De mirar hacia adelante y sorprenderme con lo que haya allí.

Sit Still, and close your eyes
What’s behind the other door
No more silence, don’t kill this thing we got called love
Just searching for the perfect drug

When Love comes calling
Don’t look back
When love comes calling
Don’t look away

And I’m standing over here
Watching you over there
Smiling, happy, unaware
Oh, life is spinning round
You’re going underground, forgetting who we were
Let’s try and keep it just one more day

You take your love
And throw it all around
Like it’s nothing special
Just a sound
Let me say one more thing
I don’t think you realize
That a day is like a year sometime
Don't look back, Telepopmusik

Gracias

La vida, es complicada? La respuesta seguro que sí. Hay quien cree que todo es muy simple, y hay quien cree todo lo contrario. Como yo no creo en los extremos, pues diré que debe de haber un equilibrio entre los dos. Al menos yo lo busco. Mi camino se mueve hacia un equilibrio entre todo, y al buscarlo me siento como si estuviera permanentemente pendiendo de un hilo... Pendiendo de un hilo que parte dos lados, los dos extremos. Puedo caer en cualquier momento en uno de los dos. Y ésto me asusta. Puesto que los dos me llevan a situaciones insostenibles por mucho tiempo.

A veces contamos con un agente exterior, que ayuda a que todo se vea desde otra perspectiva. A veces, si tenemos mucha suerte, contamos con varios. Yo me considero afortunada. Hoy va por todos aquellos que me acompañan en el camino, que me cogen de la mano cuando lo necesito, que ríen al verme feliz, y lloran mis penas igual que yo. Puede ser que éstos agentes exteriores te acompañen todo el camino, o sólo un trocito, pero lo importante es la relevancia que tienen durante el trayecto. De todos ellos se aprende, tanto lo bueno como lo malo, todo tiene su "moraleja".

Gracias a la vida que me ha dado tanto, me ha dado la risa, y me ha dado el llanto.

Y ésto, no es importante?

Sí que da vueltas la vida, sí. Muchas cosas cambian, lo queramos así o no. Es inevitable. El mundo rueda y las cosas ruedan con él.
Palabras que no esperas oir, encuentros para bien o para mal, alegrías y otras no tanto que te sorprenden de alguna manera, y a veces no tanto. Cuando se ve venir es diferente. Te lo esperas, y has tenido tiempo para prepararte. Que lo hayas hecho o no es otra cosa. Pero al menos has tenido la opción.
Pero y cuando no lo esperas? La verdad es que llega igual. Y si es para mal, es como si recibieras una bofetada en plena mejilla cuando esperabas recibir una caricia... Duele durante un tiempo, supongo que deja de doler cuando te acostumbras al cambio.
No sé qué se supone que debo pensar o sentir. En el fondo creo que no debo dejar de sufrir, porque entonces significará que he dejado de preocuparme, y no quiero convertirme en piedra. Quiero seguir siendo persona. El dolor es lo que nos diferencia. La capacidad de sentir, de emocionarse, de temblar, de que se ponga la piel de gallina, de llorar. O de llorar mucho.
Lágrimas que se secan en mis mejillas, porque yo no quiero o no puedo secármelas. Y las que se me quedan dentro? Esas no secarán jamás. Son mis espinitas. Es una lástima que todas ellas provengan de gente que me importa, o que me importó alguna vez.
Tantas decepciones que se me acaban los dedos de las manos y los pies... Si contara las lágrimas una a una, no tendría tiempo en la vida de hacer nada más. Por eso prefiero dejarlo todo allí, en ése cajón de recuerdos que a días me arrancan una sonrisa, y a días no.

Me viene a la cabeza una parte de mi libro preferido, y que por muchos libros que lea, nunca dejará de serlo. El Principito. "Hace millones de años que las rosas fabrican espinas. Y hace millones de años que los tigres se comen a las rosas. Y ésto, no es importante?"

De los homenajes a nosotras.

Dime para qué...

Me siento muy cansada. Cansada físicamente aunque no haya hecho ejercicio. Cansada de la cabeza, de la mente, del intento, de la vida, de la rutina, de lo diario, de lo de siempre, de lo de nunca.
Creo que he tocado fondo. Conoces ésta sensación? Es la de cuando llegas al punto de decir: no quiero más, estoy cansada de intentar. De intentar y no conseguir. De ponerme metas que no llego a alcanzar. De seguir anhelando llegar a ésa luz que creo ver al otro lado del túnel. A lo mejor simplemente es la luz del final del túnel, pero ahora ya me da igual... Ya no quiero alcanzar nada.
Me he quedado sin sueños, sin deseos de mejorar, de llegar más alto, de subir otro peldaño, no, no puedo, me duele, me canso demasiado...

Me he vuelto a caer, y no tengo ganas de levantarme. No quiero volver a decepcionarme. No tengo ganas de enfrentarme a otro problema más. No. Prefiero quedarme en el suelo hasta que se acabe todo. Ya me avisarán. O me sorprenderá la muerte. O quizá yo misma vaya a buscarla. Quién sabe.
Porqué tiene que ser tan difícil? A mí no me habían avisado. Quiero bajarme del tren y seguir a pie. Ésto va demasiado deprisa para mí, y cada vez que el traqueteo me tumba, me cuesta demasiado recuperarme. Creo que ésta ha sido la última. El último intento. Me niego.
Es demasiado duro, demasiado difícil. Ya no me queda un último aliento por el que luchar. Se han ido las ganas de cualquier cosa.







Sombras en el suelo y en mi interior. Irónico. Cómo puede haber sombras dónde no existe la luz?


Conclusión deprimente. Ya no me importa nada.

Basta ya!


Basta. Basta y basta. BASTA! No puedo más. Me estoy ahogando. Ya no puedo respirar.
Me ahogo bajo todo, bajo nada, bajo el cielo y el mar juntos en un borrón de colores.
No puedo. No quiero seguir aguantando. Porqué? Qué motivo tengo?




Se acabaron ya muchas cosas antes en mi vida. No es ningún desastre. Es el arte de perder. Pero dentro queda el rencor. El renconcome del y si... Cuántos y si habrá en el mundo... Muchos. Incontables. Hasta el infinito y más allá. Es el no saber aceptar que lo que ha sido es y será siempre así. Y que hay que dejar de lado los y si. Es un autocastigo cruel e inútil. Tan sólo sirve para realimentar nuestro propio rencor.

Ojo por ojo. Diente por diente. Y el mundo se queda ciego y desdentado. Pero se siente uno tan bien. O no. Cuál es el mejor camino? Quién puede decirnos la respuesta a ésto? La creo inexistente. Dudo que en éste u otros mundos la haya. Imposible. No hay una verdad absoluta.

Y sin embargo el dolor de mi pecho sigue ahí. Eso sí es absoluto. Si quiero conocer algo absoluto no tengo más que mirar ahí, en ése agujerito que cada vez es más grande. Por ahí se me cuela el frío.

Enredos dentro de mi cabeza, que salen no sé por dónde, y se enredan con todo mi ser. Me enredan. Me atan. Y yo no puedo más. No puedo luchar, y a la vez no puedo darme por vencida. No puedo rendirme así como así, y no tengo fuerzas para resistir ni un segundo más.

A lo mejor no quiero. Y a lo mejor sí. Quién lo sabe? Yo no.

Mi punto de vista

A veces te das cuenta de que no es el fin del mundo. De que aquello que pronosticabas como catástrofe no es para tanto, de que hay que desdramatizar y ver con los ojos lo que hay delante de ellos.

El arte de perder no es difícil de aprender.Tantas cosas parecen empeñadas en perderse, que su pérdida no es un desastre. Pierde algo cada día. Acepta el tumulto de llaves de puertas perdidas, las horas malgastadas. El arte de perder no es difícil de aprender. Practica entonces perder más aún, y más rápido:lugares, nombres, y el sitio al que se suponía que viajarías. Nada de esto será un desastre. Perdí el reloj de mi madre, y -¡mira!- la última, o penúltima de tres casas que amaba se fue. El arte de perder no es difícil de aprender. Perdí dos ciudades, ambas adorables. Y, más ampliamente, algunos sitios de los que era dueña, dos ríos, un continente. Los echo de menos, pero no fue un desastre. Hasta al perderte a ti (la voz bromista, un gesto de amor) no habré mentido. Es evidente que el arte de perder no es demasiado difícil de aprender aunque parezca por momentos un desastre. (Elizabeth Bishop)


Cuánta razón tiene Bishop. Escuché éste precioso poema por primera vez en una película, In her shoes, una historia de dos hermanas. Lo creo muy cierto. Es como si me hubiera quitado las palabras de la boca: no es ningún desastre.

Creo que volveré a ver la película, sólo por el placer de oír el poema de nuevo, aunque sea a trancas y barrancas por el personaje disléxico de Cameron Díaz.

Se pueden perder muchas cosas, y personas, lugares, continentes y ríos, como dice el poema... Pero creo que el arte de perder se encuentra en saberlo aceptar con una sonrisa sin lágrimas.

Yo pierdo algo cada día.