Amándonos despacito

Yo tengo a alguien que me quiere despacito. Despacito, poco a poco, de ése amor que no duele, que no hace sufrir. De ése amor que entra de puntillas, y ni te das cuenta de cómo ha llegado. Sin embargo, es de ése amor que si se fuera, se metería a la vez todo el dolor del mundo entero en mi corazoncito, para no marcharse jamás. 

A mí alguien me quiere suavecito, como se cuentan los mejores secretos al oído. Suave y despacio, como quien llega tarde de noche y se mete en la cama sin despertar a quien duerme. Como quien se mete en la bañera sin salpicar por fuera.

Quiéreme despacio, despacito, sin prisas, que no son buenas. Quiéreme despacito y sin remedio.Quiéreme despacito, a fuego lento, como cocinan las abuelas los platos más memorables. Quiéreme despacito, como si abrieras una puerta de visagras viejas sin hacer ruido.


Quiéreme despacito, que deprisa sabe todo el mundo. Quiéreme despacito, que deprisa se quema antes. Quiéreme despacito, que deprisa no cala hasta los huesos. Quiéreme despacito, que se entere el mundo entero.

Despacio dura eternamente.

Los cepillos de dientes necesitan hacerse compañía

El mío tiene ojeras y una sonrisa amarga y triste cuando el tuyo se va unos días de su lado. Conversa consigo mismo, porque las conversaciones con los cepillos de pelo no son lo mismo... Tu cepillo de dientes es, sin embargo, incomparable, irrepetible, insustituible.
Y es que si tu cepillo de dientes me falta...
... las cortinas de los ojos de mi casa caen tristones
... el amarillo alegre de las paredes ya no parece tan alegre
... la cama me da una fría bienvenida
... la mesa del comedor me da la espalda y tengo que comer sola
... el sonido de las llaves en la puerta no significa tanto
... y de una manera un tanto cruel me acompaña tu olor en la almohada y en la camiseta de mi pijama

París

Macarrons, de los grandes y de los pequeños. Calles empinadas, húmedas, que no mojadas. Tejados vistos desde arriba, desde el cielo, desde el corazón, miles de antenas que se alzan para rascarle la barriga al cielo y hacerle compañía a la Torre Eiffel. Croissants, recién hechos, tibios del horno, por la mañana, o a media tarde, o a ésa hora de qué-narices-estamos-en-París-disfrutémoslo. Jardines, muchos. Verde y azul europeos, que no mediterráneos. Caminar por las calles sin pensar a dónde llegaremos. Fotos disparadas desde debajo de un paraguas. Cruzar el río, una vez, otra vez y otra más, a pie o en tren, qué más da. Notre Dame y el arco de triunfo.
Miro las copas de los árboles y siento cómo pierdo el equilibrio. Me siento. Y ya estoy en el tren de camino a Epinay Sur Séine. Cierro los ojos, vuelvo a abrirlos, y estoy agarrada de tu brazo, corriendo bajo un paraguas, con una cajita de sushi para llevar en la mano. Se cruza un coche, al otro lado Champ de Mars. Y los Champs Elysées. Con sus tiendas de vida de película, de mentira. Y el Sena. Y la torre Eiffel iluminada en azul. Y la tienda del señor Collignon. Y los sex shops de Montmartre. El Louvre, por dentro y por fuera. Aunque me quedo con el Musée d'Orsay. Crepes, en cualquier rincón de cualquier calle. La madre de Whistler, el gato negro, la catedral de Rouen, la habitación de Van Gogh. Mucho Art Nouveau. Brancusi, mi favorito. Amélie por donde quiera que mire. Queso, por supuesto, que estamos hablando de París! Y Versailles con gusto a poco. A poco tiempo.
París mágico. París romántico.



Volvería a París mañana mismo.

Al día siguiente

Por debajo de las sábanas se oye un quejido moribundo, algo así como "mmmmmmmmmhh". De pronto aparece una cara roja, arrugada, hinchada, el pelo disparado en todas direcciones. Sale un pie. Luego el otro. Despacio, sin hacer ruido, los pone sobre el suelo. Sale de las profundidades de la cama, en bragas y la camiseta de la noche anterior. Se estira. Sentada, mira al frente sin ver nada. Se rasca un lado de la cabeza, y se pasa la mano por la cara. Sigue sentada, hay que recuperar fuerzas para levantarse al mundo. Poco a poco, se yergue, con calma, con cuidado de no moverse bruscamente, o el dolor de cabeza se extenderá por todo el cuerpo como un virus imparable. Además, los movimientos bruscos no contribuyen a recuperar la memoria perdida.

Ha conseguido levantarse, se rasca, todo pica. Se estira el elástico de las bragas por debajo de la nalga y se arremanga la camiseta. Poco a poco hace camino hacia la nevera. Un gran vaso de agua. De un sólo trago. Luego otro más. El olor de la comida  cerca de su nariz le produce náuseas, así que cierra la puerta de la nevera deprisa para no vomitar. Se lava la cara, agua bien fría para desperezarse. Se mira al espejo un momento, dos manchas negras le cubren los ojos. Olvidó desmaquillarse antes de meterse en la cama. Descubre un morado en la pierna, no recuerda de cuándo, ni cómo. Se busca más, por suerte no encuentra.

Y al final decide volver a dormir. Total es domingo. Todo el día para hacer nada. Se cubre hasta la cabeza, se acurruca en posición fetal, tarda dos segundos y medio en estar dormida de nuevo.

Seguro que la conoces. Es tu resaca.

Warming up hearts...

Un link que abre la puerta a un mundo de sentimientos cálidos, humanos, emotivos, nostálgicos quizás...

Si quieres sentirte así, sigue al conejo hacia su madriguera


Espero que a todos os valga tanto la pena como a mí.

Am I asking too much?

A veces nos puede corroer la envidia. Deseamos lo que los demás tienen, o algo muy parecido. Podría ser exactamente lo mismo que me sucede a mí.

Es egoísmo? Es egocentrismo? Es pura envidia malsana? No tengo lo que sí tiene otra persona. Y lo quiero. Lo quiero tanto! Me lo merezco? Quizá ésa persona sí, y yo no. Quizá la envidia me ciega, y yo en realidad tengo mucho más. Quizá he sido yo la culpable de estar donde estoy, y de sentirme así. Me siento vacía de cosas que me hacen falta, y a la vez sé que tengo una vida llena de alegrías y de personas que me quieren y me acompañan. Porque lo material es superficial. Y si lo que tienen los demás no es material? Y yo lo quiero también?
Lo quiero todo. Quiero que me lo des todo. Es pedir demasiado?

25 primaveras se cumplen hoy

25 primaveras, veranos, otoños, inviernos...
25 añitos más. Veinticinco por trescientos sesenta y cinco. 


25 páginas de un libro que no ha hecho más que empezar. Tan sólo soy un renglón más de éste gran diccionario, del libro gordo de Petete. Pero un renglón al fin y al cabo. 


25 números en fila. 25 arruguitas en mi rostro marcan el paso del tiempo, por suerte son arrugas felices, amargas las menos. 


25 días. La vida son 2 días? No estoy deacuerdo, no señor. Mi vida, mis días, son el cúmulo de emociones, sensaciones, vivencias, experiencias, alegrías y penas, vividas a lo largo de mis más de 9000 días. 


25 primaveras, con la cabeza bien alta, pues puedo decir algo que no puede decir todo el mundo: soy muy feliz.



Macarrons (o premonición)

Nos encontramos. Es una calle como cualquier otra, un día como cualquier otro, sí, puede ser que así sea para el resto del mundo. Para tí no es ni mucho menos un día cualquiera. Igual que no lo es para mí. Llevamos esperando éste día desde que nos conocimos, desde que supimos que queríamos estar juntos, es el día que más hemos esperado ambos, juntos.

Antes del encuentro, yo me he arreglado, mirándome al espejo una y otra vez, revisándome el maquillaje, el pelo, la ropa... Será que estoy nerviosa? El cosquilleo de mi estómago me confirma que sí. Dichosas mariposillas de anticipación... Me muerdo las pielecitas pero no las uñas, estoy nerviosa. Juego con mi pelo, estoy nerviosa. Me cambio lo que llevo puesto entre 5 y 10 veces, estoy nerviosa.

Al final decido que ya está bien, que más me vale salir de casa, aunque tenga que esperarte 10 minutos en la calle, total no hace frío. Mejor esperar fuera, así me distraigo. Camino. Fuera, la ciudad se me antoja más bella, el sol parece que ilumina mucho más que otros días, la brisa es perfecta. Como Amélie, me siento en armonía con el munco entero, y me parece que no podría ser más feliz.

Llego al lugar acordado. Espero bajo la sombra de los árboles. La gente me mira. Quizá es inusual esperar a un chico con flores, supongo que suele ser al revés. Y de pronto ahí estás. Con tu sonrisa blanca, amplia, fresca, con tus hoyuelos, con ésos rizos que te caen sobre la frente, con todo lo que eres tú, y todo por lo que te quiero yo.

Te acercas, con ésa sonrisa, con ése beso en los labios, con un regalito inesperado. En una bolsa de papel marrón, macarrons. Cómo sabes que me encantan.

Palma

Las calles mojadas de olor a jabón y limón. Gente trajeada, gente vestida con monos salpicados de pintura, gente de vacaciones, todos en la misma terraza haciendo el primer café de los muchos que vendrán a lo largo del día. Los hombres que miraban a las mujeres. Un museo cerrado por ser demasiado temprano. El vagabundo tejano que barre con energía su rincón en la plaza, justo detrás de la fea estatua de piedra cubierta de cacas de paloma, siempre me ha inspirado simpatía. Camareros montando terrazas, sillas, mesas, ceniceros que no falten, que en épocas de crisis la gente se relaja con un cigarrito.

Respiro profundamente el aire limpio y frío de la mañana, saludo con la mirada a la misma gente con la que me cruzo todos los días, oigo el resonar de mis pasos sobre los adoquines y bajo los arcos de la gran avenida, miro mi reflejo en los mismos escaparates. Y así comienza mi día. Joder, la vida no está nada mal.

My likes

Me gusta desayunar mucho. Normalmente tostadas con mantequilla y mermelada.
Me gusta lavarme la cara con agua, sentir las gotas cayendo por mi barbilla.
Me gusta ducharme con un chorro de agua bien potente.
Me encanta dormir como una estrella de mar, estirando mis miembros lo más posible.
Me gusta dormir acompañada, pero sólo de ciertas personas.
Me gusta la playa, el mar, el olor a sal.
Me gusta la cerveza, y su perfecta combinación con el verano.
Me gusta ver pelis en la cama, no en el sofá.
Me gustan las tormentas de verano, siempre que no te pillen en la playa.
Me gustan las tormentas de invierno, ésas que repiquetean en el tejado mientras yo me duermo acurrucadita.
Me gusta cocinar.
Me gusta aprender a cocinar.
Me gusta estudiar.
Me gusta leer novelas románticas, de ésas que te encogen el corazón hasta que lo alivian con un final feliz.
Me gusta escuchar música bien alta, mejor si es en el coche.
Me gusta bailar hasta desencajarme las caderas y destrozarme las plantas de los pies.
Me gusta llevar el pelo corto en verano y largo en invierno.
Me gusta llevar pulseras que hagan ruidito cuando camino.
Me gusta pisar fuerte por la calle llevando tacones.
Me gusta despeinarme el pelo, sin enredarlo.
Me gusta jugar al trivial y al uno.
Me gusta la playa y me gusta la montaña.
Me gusta despertarme y ver tu sonrisa a mi lado.

My dislikes

No me gusta quedarme dormida cuando tengo que ir a trabajar.
No me gusta que la comida se ponga mala en la nevera.
No me gusta abrir el grifo del agua y que salga la temperatura que no querías.
No me gusta que me hagan esperar.
No me gusta abrigarme y que haga calor, y viceversa.
No me gustan los zapatos que me hacen daño.
No me gusta que me  echen el humo de un cigarro a la cara.
No me gusta beber hasta perder la conciencia.
No me gusta estar sentada tanto tiempo que se me duerma el culo.
No me gusta que mi gata muerda cosas.
No me gusta que el invierno dure demasiado tiempo.
No me gusta que me lleven la contraria porque sí.
No me gusta estar enferma.
No me gusta discutir con la gente a la que quiero.
No me gusta echarte de menos.

Soy un puzzle al que le faltan 24 días por terminar

Lo recuerdas? Antes de irte te expliqué que soy como un puzzle, pero no sé encajar mis piezas solita. Te necesito a tí, el montador, el creador de sueños. Ven a construir y deconstruir nuestros sueños en común. Ven a construir el futuro, nuestro futuro. Ven a terminar el puzzle que empezaste una calurosa noche de agosto...

I'm a rabbit hearted girl

The looking glass, so shiny and new
How quickly the glamor fades
I start spinning slipping out of time
Was that the wrong pill to take (Raise it up)
You made a deal, and now it seems you have to offer up
But will it ever be enough
(Raise it up, raise it up)
It's not enough
(Raise it up, raise it up)

Here I am, a rabbit hearted girl
Frozen in the headlights
It seems I've made the final sacrifice

We raise it up, this offering
We raise it up

This is a gift, it comes with a price
Who is the lamb and who is the knife
Midas is king and he holds me so tight
And turns me to gold in the sunlight

I look around, but I can't find you
(raise it up)
If only I could see your face
(raise it up)
Instead of rushing towards the skyline
(raise it up)
I wish that I could just be brave

I must become a lion hearted girl
Ready for a fight
Before I make the final sacrifice

We raise it up, this offering
We raise it up

This is a gift, it comes with a price
Who is the lamb and who is the knife
Midas is king and he holds me so tight
And turns me to gold in the sunlight

Raise it up, raise it up
(repeat)

And in the spring I shed my skin
And it blows away with the changing wind
The waters turn from blue to red
As towards the sky I offer it

This is a gift, it comes with a price
Who is the lamb and who is the knife
Midas is king and he holds me so tight
And turns me to gold in the sunlight
This is a gift, it comes with a price
Who is the lamb and who is the knife
Midas is king and he holds me so tight
And turns me to gold in the sunlight

This is a gift
 
 
 
http://www.youtube.com/watch?v=7nxO-yPQesA
 
 
 
 
Rabbit Heart, Florence and The Machine 

Y que no me digan "yo de tí..."

Que no me lo digan, que no me sirve. Yo de tí haria ésto, y aquello, y éso otro... Porque lo mejor sería que hicieras aquello que ya habías pensado... Y es más sensato que hagas lo que te dijo aquella persona que no, lo que te dijo aquella otra...

Porque y quién mejor que yo sabe lo que yo siento, lo que yo quiero, lo que yo necesito? Nadie. O quizá sí. Quizá sí hay una personita diminuta en el mundo, e inmensa en mi corazón, que sabe perfectamente todo éso. O quizá no, y nadie tenga la respuesta correcta. Qué está bien? Qué está mal? Quién puede decírmelo?

Se aceptan votos!

No mates monstruos por mí, nunca deje de ser tu princesa

Aquella princesa de cuento, frágil, bella, y probablemente atrapada... Aquella princesa sin rumbo, sin destino, sin futuro... Aquella princesa que soñaba con que su príncipe azul la rescatase del monstruo que la tenía presa, alejándola del resto del mundo... Ya no soy yo. Tú ya me rescataste en su momento, y ahora no puedo dejar de amarte. Soy tu princesa, always have, always will.

I miss you Carlota

Te miro. Te miro en nuestras fotografías antiguas, aquellas de cuando estábamos juntos, y esa cara, esa imagen que pensaba que formaba parte del pasado, vuelve para aparecérseme como el fantasma de las navidades pasadas. Vuelve, y me ronda la cabeza, y me obsesiona, me obsesiono con la idea de que quizá, solo quizá, he cometido el error mas grande de mi vida al sacarte de ella. Te expulsé sin miramientos, y ahora tengo second thoughts. Sí, lo confieso, te echo de menos, no sabes cuánto. Pienso en tí todo el tiempo. Crees que te he olvidado? No sabes cuánto te equivocas. No lo sabes.

El hueco entre tus omóplatos es mi almohada preferida

Ya sabes que me encanta acurrucarme contra tu piel, sobretodo cuando estás medio dormida/medio despierta, y oler ése rincón donde nace tu espalda entremezclado con el olor de tu pelo. Ése pelo, ésa maraña como la llamas tú, que te hace parecer el más dulce de los leoncitos cuando te levantas, con la cara roja de marcas de sábanas y dos rendijas de color miel entre los párpados hinchados. Y es que pareciera que el hueso de mi mandíbula estuviera hecho para apoyarse en tu omoplato izquierdo... 

Estoy de mudanza

Vengo a barrer el polvo que se ha quedado acumulado de no limpiar en tantos días. La ceniza ya ni parece ceniza, la miro y parece algo nuevo, o quizá algo tan viejo que ni recuerdo cómo era, ni porqué esta ahí, ni siquiera desde cuándo. Los vasos han marcado cercos limpios sobre las estanterías, y los objetos dibujan formas extrañas, me parece curioso nunca haberme fijado antes, y de repente se me ocurre distribuirlos de una manera en la que al levantarlos sin limpiar el polvo, conformen alguna silueta decorativa.

Mi pintalabios se marca en los rebordes de las copas de vino, los posos rojos intensos han dejado de serlo tanto, y al mirar a contraluz puedo ver muchas huellas dactilares emborronadas que juegan con la luz. El periódico está viejo, añejo, amarillea, y la fecha me trae muchos recuerdos. Algunos quizá los conserve, otros no los quiero y los tiro a la basura con todos los demás deshechos.

Después de haber hecho semilimpieza de la casa, empieza la ardua tarea de reorganizar todo lo demás. Poner cosas que han quedado obsoletas en cajas, abrir cajas que creí que nunca volvería a mirar su contenido a la cara, reconciliarme con él, y colgarlo encima de mi cama. Libros polvorientos que quiero conservar pero quizá no releer, guardarlos en cajas junto a objetos puramente decorativos sin ningún otro sentido que el valor sentimental, envueltos en aquellos papeles de periódicos que he ido recogiendo por la casa antes. Cuadros nuevos que colgar en paredes blancas a estrenar. Toda la casa me parece un lienzo en blanco, la primera página de un diario, y puedo sentir la emoción de la pluma rozando el tintero por primera vez.







Nota al pie: me mudo a vivir con mi novio y mi gata éste fin de semana!

Sin palabras

A veces una se queda seca de palabras, el torrente se queda sin agua y ya sólo se ve el barro del fondo, apelotonado y brillante por un tiempo, hasta que el agua se evapora del todo. Otras veces parece como una cascada sin fin, sin orden aparente, todo corre a borbotones, como con prisa, y entonces no da tiempo ni de mirar si es agua clara o turbia. Pero de vez en cuando, como excepción, el agua corre mansa, constante, sin pausa pero sin prisa, y una puede sentarse a mirarla y ordenar sus pensamientos.

Y mi pregunta es: cuál es el camino correcto? Quién lo sabe? Quién puede decírmelo? Izquierda o derecha, blanco o negro, arriba o abajo? Me da miedo darme cuenta cuando sea demasiado tarde para retroceder...