Ese sentimiento, llamado anticipación, de algo viejo que se termina, y algo nuevo que comienza. Mirar hacia adelante y ver una página, no, un bloc de páginas, en blanco, limpio y liso, nuevito, sin estrenar. Cosquilleos en el estómago.
A la vez angustia, nostalgia por adelantado de lo que sabes que vas a echar de menos. Porque entre los malos momentos, también se han sucedido algunos buenos. Aquellos que añorarás.
Y un poco de miedo, o llámalo incertidumbre, de no saber qué va a venir.
Pero no, miedo no, sólo incertidumbre, porque aunque no sé qué me espera, si sé que lo peor lo pasé hace ya mucho tiempo.
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Antes de irte, me gustaría que dejases algo más que las huellas de tus zapatos sobre el polvo...