Nostalgia Navideña

Un mantel de gala olvidado a la mañana siguiente.

Papel de regalo arrugado y amontonado en un rincón de la cocina.

Bombillas minúsculas de colores que encuentras cuando barres debajo de los muebles.

Hojas rojas alrededor de la maceta de la Pointsettia.

Restos de azúcar glasé y colorante.

Compras de último momento, el 24, el 31 y el 5.

Las luces del Born, la Plaza Mayor y las Ramblas.

Comer uvas una semana después.

Pensar en todos aquellos que un día estuvieron, y hoy ya no, y esbozar una sonrisa porque una parte de ellos nunca se irá.
FELIZ NAVIDAD Y FELIZ 2013

Sucede cuando menos te das cuenta

Dudas, te preguntas constantemente a tí mismo "Qué es la felicidad? Yo la tengo? Estoy siquiera cerca?". La gran pregunta, la duda sin resolver que todas las personas sobre la faz de la tierra deben haber buscado alguna vez.

Y de repente, en un momento cotidiano, te hago una broma, tú me la devuelves, nos abrazamos mientras nos hacemos cosquillas... y me doy cuenta de que está aquí, en este instante, que la felicidad me está sucediendo en este mismo momento mientras te miro reír.

La inspiración del lector romántico

Un rincón oscuro, iluminado con una lámpara vintage de pie, un sillón que se hace más cómodo cuantos más años pasan por su regazo, una ventana por donde mirar para cuando la inspiración falte, o cuando sea demasiado abrumadora... y quizá en un golpe de suerte comienza a llover, y te quedas mirando, dejando los pensamientos fluir por tu mente.


Es todo lo que necesito para poder crear solamente con mi mente y mis manos. 

Indecisiones

No sé si ponerme a escribir...

                                         ... o colgar el cuaderno y ponerme a limpiar las telarañas.

Cada día oscurece más temprano

Tú vuelves caminando por una calle de luces tenues, mientras que yo espero en la parada del autobús, que está bien iluminada.Y sin embargo, cuando te cruzas conmigo, ambas pretendemos no conocernos, o no habernos visto. Yo hago como que busco algo en mi bolso. Tú miras hacia el frente con cara de fingida distracción.

Y hace un tiempo estuvimos tan cerca. Tan cerca, que nuestros latidos fueron uno solo, y nuestros pensamientos andaban cogidos de la mano. Y ahora, ya ves! Estas cosas que tiene la vida. Dicen queel ser humano es rencoroso, y debe ser así. Eso de poner todo lo malo por encima de todo lo bueno y creer que la balanza se inclina hacia el lado que más te interesa. Hacia el lado que te hace sentir deseos de venganza, deseos de hacer mal.

Pena. Es todo lo que me hace sentir este tipo de comportamiento a mí. Pena por lo que la gente se pierde por elegir "el lado oscuro". Pena por decidir que lo malo siempre pesa más que lo bueno, por decidir abrazar lo negativo dentro de sus vidas.

Pero yo estoy hecha de colores. Yo dejo que me rodee lo positivo por dentro y por fuera, disfruto con todo lo bueno que sabe darme la vida, lo saboreo y dejo que se quede conmigo, que me haga compañía en este ciclo llamado vida.

Porque lo negativo, eso tan sólo trae dolor. Y suficiente hay de eso en el mundo, como para voluntariamente crear más.

Esto no es un cuento de hadas


 



Sus ojos se cruzaron entre el verde de los árboles, y fue como si un segundo durara 100 años.La chispa que se encendió de inmediato era tan intensa, que ambos desviaron la mirada de inmediato para evitar prender fuego al parque.

Él se acercó - no iba a dar el primer paso ella, claro -, pidió permiso para sentarse junto a ella, y empezaron una agradable conversación sobre temas inocuos. Nada que pudiera ofender o molestar a alguien, nada comprometedor. Al final de la tarde intercambiaron números de teléfono.

A los 3 días - la regla de oro de no llamar demasiado pronto cumplida - él la llamó. Ella fingió estar sorprendida, y ocupada, para no dejar claro que se había comido las uñas hasta las cutículas ansiando la dichosa llamada. Quedaron. Cenaron. Y se fueron juntos a la cama.

Varias cenas y enredos entre sábanas después, ambos sintieron aquella punzada de desilusión al darse cuenta de que sus caminos no iban en paralelo para juntarse, sinó que eran caminos perpendiculares, y era el momento de seguir cada uno individualmente. No tenían nada que compartir. Nada en común.

Y es que a veces, los cuentos de hadas también pueden ser de sólo una noche.

Quien tiene un amigo, tiene un tesoro

Especialmente, si no vives en el país donde naciste, creciste, y echaste raíces todos esos años que ahora han quedado atrás - o ya no atrás, sinó en otra época-.

Es triste, pero las madres suelen tener razón. Y la mía me dijo, cuando empecé a viajar, que aquellos amigos con los que una vez tuviste todo en común, cuando vuelves de caminar por el mundo, descubres que lo común se ha perdido por el camino. Y parece ser que queda bien poco de esos rescoldos.

Es curioso como todo ese bagage que uno va aumentando con los viajes, con las visitas a otras culturas, conociendo otra gente, aprendiendo y creciendo... llega un día que se interpone entre la persona que eres hoy, y la persona que fuiste en algún momento, impidiendo que mantengas ciertas características de aquél entonces. Y que aquello que en su momento te aportaba todo lo necesario para ser feliz cada día, hoy no te aporte ni siquiera lo suficiente para ser feliz unas horas.

Nostalgia de una vida ya obsoleta. Sin embargo, no cambiaría nada de lo que he sido por lo que soy hoy.

R(EVOL)UTION


Qué es el amor? 

El amor es ver a ESA persona, y sentir que es todo lo que necesitas para vivir, levantarte cada día, y hacer ese esfuerzo adicional que marca la diferencia.
El amor, es ese sentimiento de estar incompleto cuando no estas con él/ella.
El amor es mirar alejarse a la persona que quieres, sin oponerte, para hacerla feliz.
El amor es echar de menos incluso durante unas pocas horas.
El amor es saber que perteneces a un único lugar: donde esté ESA persona. 




 Te quiero, David. Hoy, mañana, y siempre.

Something old, something new

Ese sentimiento, llamado anticipación, de algo viejo que se termina, y algo nuevo que comienza. Mirar hacia adelante y ver una página, no, un bloc de páginas, en blanco, limpio y liso, nuevito, sin estrenar. Cosquilleos en el estómago.
A la vez angustia, nostalgia por adelantado de lo que sabes que vas a echar de menos. Porque entre los malos momentos, también se han sucedido algunos buenos. Aquellos que añorarás.
Y un poco de miedo, o llámalo incertidumbre, de no saber qué va a venir.

Pero no, miedo no, sólo incertidumbre, porque aunque no sé qué me espera, si sé que lo peor lo pasé hace ya mucho tiempo.

No voy a mentir y exagerar, y decir que no podría vivir sin tí. Pero sí diré que mi vida es menos vida sin tí. Además, sería hacerte un flaco favor, no crees? Es decir, qué merito tiene vivir con algo que es absolutamente necesario para poder seguir viviendo? No es mejor decir: podría vivir sin tí, pero es que no quiero? No quiero vivir sin tí. Podría. Claro que sí. Porque todo el mundo puede vivir absolutamente solo. Pero son las elecciones propias las que nos diferencian.

Y yo te elijo a tí. 







Changes

Alguna vez has sentido tu vida, tu mundo, cambiar? En ese mismo instante puedes sentir algo dentro de tí que no volverá a ser igual. Que este momento está marcando un antes y un después.

Y miras a tu alrededor, y te preguntas si todas esas personas que te rodean, pero no te conocen, pueden sentirlo también. Ese temblor casi imperceptible, como una sutil vibración, en el entorno. Se siente como si miles de millones de engranajes se estuvieran readaptando a una nueva máquina. Y no se trata de algo rompiéndose, en realidad se siente como si todas las piezas se estuvieran separando, y buscando su nuevo sitio, siendo la forma final totalmente distinta a la anterior.

Y por encima de todo esa desazón, esas ganas de saber qué va a pasar, qué forma tomará todo cuando el proceso de mutación termine...

... continuará...

Engaños

Y, sentada en el suelo, en el rincón más oscuro que pudo encontrar, hundió la cabeza entre las manos, y las manos entre las rodillas, y lloró en silencio.

Lloró hasta que los fantasmas del pasado salieron por sus glándulas lagrimales, se sentaron a su lado, le susurraron sus temores más internos, la atormentaron, y finalmente, cansados, se marcharon.

Y entonces pudo recomponerse, lavarse un poco la cara, mirarse al espejo, y comenzar a aceptar lentamente lo que había hecho.

Había pasado la noche entre las piernas de otra. Y eso estaba mal. Porque Carlota la quería, mucho, muchísimo, tanto que le dolía aún más lo que acababa de hacer. Y con una rubia, que jamás le habían gustado.

Ladeó la cabeza en gesto de desaprobación de sí misma, pensando que eso era lo de menos. Qué más daba el color de pelo. Qué más daba, si acababa de hacerle el amor con las mismas ganas que a la persona que había permanecido a su lado los últimos 2 años, muy a pesar de los prejuicios de su círculo más cercano.

Se dió tanto asco que se permitió el lujo de vomitar lo poco que había comido durante el día, como si bastase para limpiarse por dentro de la sensación de suciedad y deshonra. Llenó la bañera de agua fría y jabón, se hundió hasta la nariz, y ahí se quedó, mirando al grifo, y callándose los sollozos bajo el agua y las burbujas.

Mara

Volvía a casa a oscuras, a tientas después de lo sucedido, que la atormentaba como una nube gris sobre su cabecita. Un pie delante del otro, despacito, para no resbalar en el rocío sobre las baldosas rojas del caminito que lleva hasta el portal.

Con una mano se recogía la melena pelirroja, con la otra, se iba atando la goma. Un moño bien apretado, como le había enseñado su abuela desde bien pequeñita. Abuela. Punzada de dolor y vergüenza al mismo tiempo. Qué pensaría ella si supiese dónde había pasado las últimas 4 horas. Y con quién, sobretodo con quién.

Y mientras todas las imágenes de lo hecho - comido, bebido, besado, lamido, mordido, gemido y un largo etcétera - le revolvían las entrañas, se dió cuenta de que quería escapar de la realidad, de lo que acababa de hacer. Y bajo la tenue lluvia que empezaba a caer, corrió hasta que se le acabó el aliento, hasta el final del callejón sin salida, donde se tendió a llorar y gritar hundiendo la cara entre las rodillas, mientras llovía sobre sus rojos cabellos.

A pretty awesome mom

Mi madre nunca compró mi tarta de cumpleaños. Me preguntaba qué quería, y me la hacía ella misma. Organizaba gimcanas y juegos originales para entretener a los invitados a la fiesta.
Me leía cuentos incluso cuando yo era lo suficientemente mayor para leérmelos sola.
Me abrazaba sin hacerme preguntas, cuando intuía que la respuesta era demasiado dolorosa para compartirla.
Me llevaba al colegio, me recogía, y todos los días quería saber qué había hecho, y qué había comido en el comedor. Incluso cuando todos los días le contaba lo mismo.
Fue mi confidente desde muy pequeña, mi ratoncito Pérez, mi papá Noel, y mis reyes magos. Y durante mucho tiempo después de saber la verdad.
Cuando era niña, los domingos por la mañana, nos levantábamos temprano y hacíamos empanadas. Y si ella se levantaba más temprano, me esperaba para hacerlas juntas.
Siempre hizo mis disfraces a mano, nunca fueron comprados, así que siempre fui diferente. Y en ese momento no lo supe, pero me gustaba. Gracias a ella fui princesa, As, tarta de cumpleaños, la abeja Maya...

Gracias a ella, hoy soy quien soy y nadie más.














El día de la madre es el primer domingo de Mayo en España, el segundo en Alemania, y cada día de mi vida.

Inventario de mi corazón

Pasados ocho sanvalentines, puedo contar todo aquello que amuebla mi alma.

· Tengo muchas casas, incluso varios hogares, lugares que me cobijan como pocos otros en el mundo.

· Tengo álbumes de fotos en la memoria, que me acompañan allá donde voy y habitan en mis sonrisas y mis lágrimas.

· Tengo parques y bancos al lado de ríos y lagos, donde sentarme a observar como pasa el tiempo, y con él caen las hojas de los árboles.

· Tengo soles y lunas, y reflejos en ventanas, y flores y plantas y jardines, que decoran mis recuerdos. Tengo bicicletas para pasearme por todos ellos.














Y te tengo a tí, para añadir esa pizca de sal que pueda faltarle a la vida en algún momento. Esa nota de perfección en mi mundo imperfectamente perfecto. El único tesoro absolutamente insustituible.

La felicidad de las cosas sencillas

Un punto, dos puntos, tres puntos, un punto alto y un punto alto doble; dejo el dedo descansar donde empieza/termina mi crochet y te miro. Te miro mientras tú me miras pero no me ves, más concentrado en la pantalla donde te enseñan 22 tíos tras un balón. Y de repente sí me ves, me miras, me observas, y me lanzas un beso. Y yo te mando otro beso bien sonoro, que retumbe en los tímpanos mucho después de lanzado.

Y sigo con mis puntos. O mis pinceladas. Depende del hobbie de  la noche.

Y siento que no hay nada que me haga más feliz que la simplicidad de nuestra rutina.

Llorar por dentro para no llorar por fuera

Hace mucho que no lloro. Hace quizá tanto que no recuerdo cuándo fue la última vez. Quizá haya algún motivo. Quizá me he vuelto más dura. Quizá no me haga falta, pero me apetece. Quizá es que mi vida es tan jodidamente perfecta que me he quedado sin motivos.


Pero me da igual, porque yo quiero llorar, sabes? Me da igual no tener motivos, me da igual que alguien pueda pensar que no tengo derecho, me da igual todo ya. Me siento como una niña pequeña, quiero patear las cosas, gritar y llorar y berrear sin motivo hasta que eche todas las lágrimas que tengo agarrotadas en medio del pecho, hasta que el cansancio y la sequedad de mi interior me empujen al sueño...

No estaré tranquila hasta haber vomitado esa agonía que tengo atascada, y entonces sí, entonces podré hundirme en mis almohadas, mi pecho subiendo y bajando rápidamente, agitadamente, del dolor expulsado, mis ojos rojitos, hinchados, escozor en los párpados y en muchas otras partes que me pican de todas las cosas malas que me estoy callando, y se me están pudriendo dentro.

Porque yo lo único que quiero es que me quieras. Que me quieras como me querías antes.

Quizá he mentido antes. Quizá no me da todo tan igual como a mí me gustaría que me diera.