Homesick

 
Y es que te echo de menos más de lo que nadie sabrá nunca. Tus calles sinuosas por las que no caben más que un par de personas en paralelo. Tus edificios, ruinosos, aunque todavía puede atisbarse su antigua magnificencia. Tu avenidas, que me siguen pareciendo largas, aunque las compare con las de las grandes ciudades, con palmeras a lo largo, palomas en los alféizares, y plazas con fuentes en las rotondas. Y tus piedras centenarias con olor a sal y a historia. Y los charcos que se crean en las calles mal asfaltadas con piedras de cantos rodados, puestos ahí hace más tiempo del que ya nadie puede recordar. La playa. "La" playa (que no es lo mismo). El batiburrillo de mástiles del puerto sobre el horizonte de Palma. Las frondosas copas de los pinos que se amontonan en cualquier playa a la que vayas. Algunos acantilados. La silueta de Menorca, que puede verse desde Alcúdia en días muy claros...

La comida y los abrazos de mi mamá. Los ladridos de mis perras. El sofá de mi papi, viendo la tele cogidos de la mano. El dolor de costillas de tanto reírme con mi hermano.

Mis rincones favoritos. Mis puestas de sol favoritas. Mi mar favorito. Mi cielo favorito. Mi puerto favorito. Mi gente favorita (Vicky, Nika, Gabi, Cris, y son sólo algunos de los nombres que me vienen a la mente). Mi piso favorito.

Mi lugar más favorito en el mundo entero. Y sí, lo digo con conocimiento de causa, aún a sabiendas de que todavía no conozco el mundo entero.

Puedo tener muchas casas, pero ninguna será más hogar que Mallorca.













P.D. Las terrazas, al sol, con vistas al mar, con cervecita, olivas, y patatillas... no saben igual en ninguna otra parte del mundo (mundial).

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Antes de irte, me gustaría que dejases algo más que las huellas de tus zapatos sobre el polvo...