Pero me da igual, porque yo quiero llorar, sabes? Me da igual no tener motivos, me da igual que alguien pueda pensar que no tengo derecho, me da igual todo ya. Me siento como una niña pequeña, quiero patear las cosas, gritar y llorar y berrear sin motivo hasta que eche todas las lágrimas que tengo agarrotadas en medio del pecho, hasta que el cansancio y la sequedad de mi interior me empujen al sueño...
No estaré tranquila hasta haber vomitado esa agonía que tengo atascada, y entonces sí, entonces podré hundirme en mis almohadas, mi pecho subiendo y bajando rápidamente, agitadamente, del dolor expulsado, mis ojos rojitos, hinchados, escozor en los párpados y en muchas otras partes que me pican de todas las cosas malas que me estoy callando, y se me están pudriendo dentro.
Porque yo lo único que quiero es que me quieras. Que me quieras como me querías antes.
Quizá he mentido antes. Quizá no me da todo tan igual como a mí me gustaría que me diera.
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Antes de irte, me gustaría que dejases algo más que las huellas de tus zapatos sobre el polvo...