Pasados ocho sanvalentines, puedo contar todo aquello que amuebla mi alma.
· Tengo muchas casas, incluso varios hogares, lugares que me cobijan como pocos otros en el mundo.
· Tengo álbumes de fotos en la memoria, que me acompañan allá donde voy y habitan en mis sonrisas y mis lágrimas.
· Tengo parques y bancos al lado de ríos y lagos, donde sentarme a observar como pasa el tiempo, y con él caen las hojas de los árboles.
· Tengo soles y lunas, y reflejos en ventanas, y flores y plantas y jardines, que decoran mis recuerdos. Tengo bicicletas para pasearme por todos ellos.
Y te tengo a tí, para añadir esa pizca de sal que pueda faltarle a la vida en algún momento. Esa nota de perfección en mi mundo imperfectamente perfecto. El único tesoro absolutamente insustituible.
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Antes de irte, me gustaría que dejases algo más que las huellas de tus zapatos sobre el polvo...