A pretty awesome mom

Mi madre nunca compró mi tarta de cumpleaños. Me preguntaba qué quería, y me la hacía ella misma. Organizaba gimcanas y juegos originales para entretener a los invitados a la fiesta.
Me leía cuentos incluso cuando yo era lo suficientemente mayor para leérmelos sola.
Me abrazaba sin hacerme preguntas, cuando intuía que la respuesta era demasiado dolorosa para compartirla.
Me llevaba al colegio, me recogía, y todos los días quería saber qué había hecho, y qué había comido en el comedor. Incluso cuando todos los días le contaba lo mismo.
Fue mi confidente desde muy pequeña, mi ratoncito Pérez, mi papá Noel, y mis reyes magos. Y durante mucho tiempo después de saber la verdad.
Cuando era niña, los domingos por la mañana, nos levantábamos temprano y hacíamos empanadas. Y si ella se levantaba más temprano, me esperaba para hacerlas juntas.
Siempre hizo mis disfraces a mano, nunca fueron comprados, así que siempre fui diferente. Y en ese momento no lo supe, pero me gustaba. Gracias a ella fui princesa, As, tarta de cumpleaños, la abeja Maya...

Gracias a ella, hoy soy quien soy y nadie más.














El día de la madre es el primer domingo de Mayo en España, el segundo en Alemania, y cada día de mi vida.

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Antes de irte, me gustaría que dejases algo más que las huellas de tus zapatos sobre el polvo...