Algún motivo tendría... (I)

Érase una vez... una mujer que parecía muy feliz. Tenía la pareja que siempre había deseado, y él le proporcionaba la vida lujosa que ella siempre había querido (o al menos así lo había creído ella desde pequeñita). Quizá sólo buscó aquello para conseguir la aprobación de los demás. Quizá indirectamente fue lo que le inculcaron a buscar. Quizá tenía algún tipo de trauma infantil que pretendía compensar, diría un psicólogo.

Y de repente, un buen día, sin que nadie se lo esperase... El que debería haber sido el día más feliz de sus vidas, pensaba la gente superficial de su alrededor, se tornó el más amargo. Él amaneció muerto sobre un mar de sangre, en la habitación del hotel donde iban a desposarse, y ella amaneció vestida de blanco, en un tren con rumbo perdido, y un cuchillo de carnicero en el bolso. Para su suerte o desgracia, quizá más por desgracia para armonizar con aquello que había tenido toda su vida, fue detenida.

La interrogaron durante horas, en una fría pequeña y gris habitación del cuartel policial, y tan sólo obtuvieron de ella el silencio de sus labios cerrados, y una mirada de paz que aterrorizaba.



Por los pasillos del cuartel donde pasó su primera noche recluida, se oía:
- Menuda frialdad... Tenía la vida perfecta. Porqué haría algo así?
- Algún motivo tendría.

4 comentarios:

Antes de irte, me gustaría que dejases algo más que las huellas de tus zapatos sobre el polvo...