Reapertura y celebración

Vuelvo a las andadas. Probablemente un poco más sabia, y también con algunas cicatrices de más. No se aprende sin caerse y hacerse un poquito de daño. Una vez leí "si por vivir todo lo bueno, tuve que sufrir todo lo malo, no rechazo nada de lo malo por no perder nada de lo bueno". Muy cierto.

Como dice Jorge Bucay, todos tenemos nuestra "historia trágica", aquella que vendría a justificar todos nuestros fallos y logros frustrados. Responde a la pregunta de "Qué se puede esperar de mí si..." seguido de muchos etcéteras. Yo también tengo la mía, y a pesar de éso, o precisamente gracias a ello, estoy donde estoy. Y no cambiaría nada si volviera atrás. Porque entonces nunca habría conocido a la persona que soy hoy.

Soy un poco alocada. A veces tengo razón y otras muchas no. Me muerdo las pieles pero no las uñas. Me gusta jugar con mi pelo cuando lo llevo muy largo. Sé que mis ojos se vuelven amarillos cuando les da mucho el sol. Soy orgullosa, y muy cabezota. Desvarío. Casi siempre tengo que pedir perdón por decir cosas no apropiadas, o que realmente no siento. He compartido piso con tanta gente que no puedo recordarlos a todos. He perdido dinero, y también me lo he encontrado. Compro cosas que no necesito. Me gustan las gominolas, en especial si te dejas la bolsa abierta durante un par de días y han dejado de estar blanditas y suavecitas. Me encantan los gatos, sobretodo la mía, y mi sueño secreto es algún día tener un caballo. Quizá no es tan secreto. Soy una romántica sin freno ni remedio. Cuando estoy sentada sobre la hierba, me gusta arrancar los hierbajos suaves y nuevos, aquellos que son de un verde más clarito. Me encanta maquillarme y ser muy muy femenina, y a la vez puedo volverme un chicarrón, subirme a los árboles, tirarme en el barro y jugar a peleas. He tenido tantos trabajos, que siempre sorprendo a la gente de mi alrededor cuando enumero uno nuevo. Por las mañanas me gusta tomar tostadas con mantequilla y mermelada (a poder ser de frutos del bosque). Me gusta la vida del campo, mirada a través de un telescopio en un apartamento en el centro de la ciudad. Cuando era pequeña siempre pisaba las líneas blancas de los pasos de peatones, y aún ahora me gusta jugar de nuevo a veces. Tengo un sexto sentido que me cuenta cosas al oído antes de que me las cuente nadie más. Bebo vino tinto encantada, pero no sé distinguir uno bueno de uno barato. Éso sí, siempre en copa. Me gusta peinarme las cejas con los dedos cuando estoy rodeada de gente. Soy un poco rara, y a veces soy como todos los demás. Cuando era pequeña solía corregir a mis profesores en el colegio. Llevo cicatrices compartidas con mi hermano. Y he tenido más de 5 esguinces en el mismo tobillo.

Por culpa de todo éso, o quizá gracias a ello, incluso podrían ser las dos cosas al mismo tiempo, yo soy yo y no soy nadie más. Y precisamente porq yo soy yo, y no soy ninguna otra persona, él me ha elegido, entre la masa de gente, porque por algún motivo yo he destacado. O le elegí yo? O fue una elección mutua? Sea como fuere, aquí estamos, y decidimos mirar al futuro juntos, despertándonos en la misma cama, con los sueños recién levantados enredados en la almohada.

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