Carlota espera

Sentada en sus eternos tres escalones, aquellos que cruzando la puerta que los corona, te llevan de la mano directamente a su infancia y a sus recuerdos más recientes, Carlota juega con el lazo de sus náuticas. Con una mano, distraída, se repasa los caracolillos del pelo, ésos que le caen sobre la frente como a una gitanilla cualquiera, y que a ella le gusta porque cree que le dan un aspecto rebelde, sin saber que realmente le dan un aspecto mucho más dulce que el que ella quisiera tener. Su mente divaga sin posarse en ningún pensamiento en concreto, y así van pasando los minutos, uno a uno.

A lo lejos, donde el asfalto se junta con el cielo, se divisa una figura tambaleante, con una larga bufanda enredándose a cada paso con su pelo largo. Pero Carlota no la ha visto todavía. Está demasiado ocupada echando de menos.

2 comentarios:

  1. es el problema cuando hablamos con el pasado y no levantamos la vista a lo que viene...

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  2. Estaría bien mirar de vez en cuando al frente...
    :)
    un beso

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Antes de irte, me gustaría que dejases algo más que las huellas de tus zapatos sobre el polvo...