La llamada esperada



Llevaba dos semanas esperando una llamada. Significaba mucho para mí. Me dije a mí misma que si el viernes pasado no llegaba, ya no llegaría. Perdí la ilusión. De pronto, hoy, a media mañana, suena el teléfono. A pesar de no conocer el número, ya sabía de dónde provenía. Sabía lo que me esperaba al otro lado de la línea antes de contestar. No me equivocaba. Sienta muy bien recibir algo que ya no esperabas... Puede ser que funcione. Cruzaré los dedos, y conmigo, algunos más también lo harán. Poco más puedo hacer. Lo que estaba en mis manos ya lo he hecho. Ahora queda esperar... un resultado positivo. Es probable que mañana lo sepa. Mientras, dejaré volar mi imaginación...

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Antes de irte, me gustaría que dejases algo más que las huellas de tus zapatos sobre el polvo...