Hace cuatro días, mientras conducía por una carretera secundaria oscura, pasadas las diez de la noche, cruzó por delante del parabrisas una lechuza. Toda blanca.
Anoche, menos de veinticuatro horas atrás, soñé que perdía una de las almohadillas (la gris, para ser precisa) de mis auriculares para escuchar música. Ésta mañana, en el autobús, hace poco más de doce horas, había perdido la almohadilla gris de mis auriculares para escuchar música.
Hace menos de una hora, en mi camino de vuelta de mi carrera diaria, una lechuza blanca se me ha cruzado por delante del parabrisas.
Será que el Universo intenta decirme algo? Pondré todos mis sentidos alerta. Suenan aires de cambios.
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Antes de irte, me gustaría que dejases algo más que las huellas de tus zapatos sobre el polvo...