Fuego!

Y el tomate borbotea en el fuego, en aquella olla color beige difuminando en marrón, con las asas de baquelita, y sus burbujas rojas y redondas explotan y siguen salpicando la pared, cada vez en una parte distinta. Y el olor del tomate ardiendo se mezcla con el de la baquelita que se está quemando, ése olor que todos hemos notado alguna vez cuando el asa pasa demasiado tiempo cerca de la llama porque ésta está demasiado alta. Y si hubiera alguien en ése mismo instante que pudiera dar media vuelta al regulador del fogón, y apagarlo, todo sería muy fácil de evitar...

2 comentarios:

  1. me encanta esta metafora del tomate... la otra entrada es genial también.
    =)
    un beso!

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  2. Me has dejado con la intriga del que pasará...

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Antes de irte, me gustaría que dejases algo más que las huellas de tus zapatos sobre el polvo...