Hoy he dormido la siesta con mi gata

Me tumbo en la cama, teniendo cuidado de no poner las piernas donde está ella enroscadita. Pero como siempre, no puedo evitarlo, en cuanto me pongo demasiado cómoda empiezo a estirarme como si fuera la primera vez en mi vida, como si mis músculos no tuvieran fin, y la gata se despierta. Me mira, serena, y bosteza sacando la lengua. No sé si es así de chula, o es algo que hacen todos los gatos, pero me da la impresión de que me está vacilando. Después de lanzarme una de ésas miradas gatunas indiferentes, distantes, de Princesa del Hielo, suelta un suave maullido de algodón, y viene a buscar caricias. Levanto la manta, y ella se mete allí debajo, donde ya está calentito porque yo ya llevo un ratito, busca su posturita preferida, siempre con la cabeza hacia afuera, me mira, y empieza a ronronear muy bajito y con los ojitos cerrados.

La miro, y antes de cerrar los ojos y zambullirme en el sueño de media tarde, pienso qué delicioso es hacer la siesta con mi gata.

1 comentario:

  1. Yo anoche dormi con mi perrita en mi cama. Me encanta porque me da calor.

    Que fue del otro blog? Besos!!

    ;)

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